INFORME DE ICOMOS

ICOMOS
COMITÉ NACIONAL ESPAÑOL
CONSEJO INTERNACIONAL DE MONUMENTOS Y SITIOS
INTERNATIONAL COUNCIL ON MONUMENTS AND SITES
CONSEIL INTERNATIONAL DES MONUMENTS ET DES SITES

Informe de ICOMOS España sobre la construcción
de un teleférico entre la Estación, la “Cidade da
Cultura” y el centro histórico de Santiago de Compostela.

A. Aspectos previos.
El Ayuntamiento de Santiago de Compostela, preocupado por las conexiones y
accesibilidad del centro histórico, ha planteado la posible construcción de un teleférico que
conecte tres puntos clave en las comunicaciones internas de la ciudad: la estación e
intercambiador de comunicaciones (uno de los puntos clave de llegada y que, además, se
verá potenciado cuando llegue a ella el tren de alta velocidad), la Cidade da Cultura (polo
cultural que se encuentra en avanzado estado de construcción) y el propio centro
histórico, en el que se ubican los principales atractivos patrimoniales y turísticos de la
ciudad. En el mes de abril de 2008 se solicita por parte del citado Ayuntamiento un
informe del Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS)
que valore el impacto de la construcción del mencionado teleférico. En consecuencia, el
pasado 21 de mayo del año en curso se produjo un encuentro con el alcalde de la ciudad,
D. Xosé Sánchez Bugallo, el gerente del Consorcio de Santiago, D. Xosé Manuel

Villanueva Prieto, y técnicos responsables, tanto del propio Consorcio, como es el caso
del Arquitecto Director de la Oficina Técnica D. Ángel Paunero Pardo, como de la Oficina
Técnica de la Fundación Cidade da Cultura de Galicia: D. Antonio Maroño Cal, entre otras
personas adscritas a estas instituciones. Por otra parte, se ha tomado contacto con varios
profesores universitarios y asociaciones culturales de la ciudad con el objeto de conocer
de qué forma es percibida la posible construcción del teleférico entre los distintos
colectivos ciudadanos. Todas las personas consultadas, y muy especialmente el Alcalde
de la ciudad, el gerente y técnicos del Consorcio de Santiago, así como los de la
Fundación Cidade da Cultura de Galicia, han ofrecido a los miembros de ICOMOS
responsables de recabar la información un trato excelente, tanto en relación con los datos
técnicos, como en la hospitalidad demostrada.
B. Santiago de Compostela y la accesibilidad
Santiago de Compostela es una ciudad que no alcanza los 100.000 habitantes
empadronados; sin embargo, posee una gran y compleja centralidad que alcanza
no sólo a aspectos cuantitativos, sino también cualitativos. Su condición de capital
de Galicia, su localización central en la comunidad autónoma de la que es capital,
su potente y atrayente patrimonio y, especialmente, la centralidad espiritual que le
otorga ser el destino de una de las peregrinaciones más importantes en la escala
planetaria producen no sólo una gran cantidad de recursos de todo tipo, sino
también una gran cantidad de problemas de acceso y de cohabitación de usos. El
Ayuntamiento es consciente de estas circunstancias desde hace años y los
distintos planes urbanísticos y sectoriales así lo han reflejado. Por otro lado, el
Consorcio de Santiago manifiesta que entre sus objetivos presentes se encuentra
el refuerzo de los planteamientos e instrumentos para la mejora y recualificación
urbana, planteándose como retos para los próximos años el incremento de la
responsabilidad social en el mantenimiento del patrimonio cultural, el avance en la
sostenibilidad de su gestión y el refuerzo del proceso de mantenimiento y
rehabilitación del centro histórico. Entre las estrategias para alcanzar estos retos
se pretende aprovechar las intervenciones para crear conocimiento, dinamizar
funcionalmente la ciudad histórica y dar respuestas a un nuevo modelo de
expansión urbana. En este último sentido, siempre en opinión de los responsables
del Consorcio, es en el que hay que entender la nueva Cidade da Cultura de
Galicia, mayor en extensión que la almendra central del corazón histórico de
Santiago, y la necesidad de conectar ambos nodos culturales (centro histórico y
Cidade da Cultura) de forma natural y aprovechando todas las sinergias posibles
entre ambos polos.
El problema de la accesibilidad a un centro histórico de uso dominante peatonal y
con grandes restricciones al vehículo motorizado privado, como no podía ser de
otra manera, ha condicionado una dialéctica múltiple entre los intereses y
reclamaciones de hosteleros, comerciantes, residentes, estudiantes y visitantes.
La construcción de a Cidade da Cultura de Galicia ha supuesto la obligada
incorporación de un elemento nuevo que, en opinión del Consorcio, puede venir a
resolver la conectividad urbana del centro histórico mediante el aprovechamiento
de los aparcamientos previstos en este gran contenedor cultural y la utilización de
un teleférico que en pocos minutos llevase hasta el mismo corazón de la ciudad.
Al mismo tiempo, la propia Cidade da Cultura se beneficiaría de este medio de
comunicación que permitiría ampliar el elenco de lugares dignos de visitarse en la
capital gallega, descongestionando el centro histórico en los momentos de mayor
afluencia y, al mismo tiempo, facilitando a los compostelanos el acceso a estos
nuevos equipamientos que, ubicados muy cercanos al centro, pero fuera del tejido
urbano, podrían quedar sometidos a un cierto aislamiento.

 

C. La interpretación de los problemas urbanos y el papel que juega el
teleférico.
Al analizar los problemas urbanos y el rol de la nueva infraestructura surgen más
dudas que certezas. El argumento general siempre incardina dos zonas urbanas
(centro histórico y Cidade da Cultura), un punto estratégico (estación e
intercambiador de comunicaciones) y un hilo conductor: el teleférico. Sin embargo,
todo lleva a considerar que, en una cierta huida hacia delante como es la construcción
del proyecto de Cidade da Cultura, se trata de aprovechar la sobrecarga turística
que tiene el centro histórico para dotar de un cierto contenido (o por lo menos de
visitantes) a un nuevo espacio urbano, construido en un lugar comprometido (el
monte Gaiás) y cuya gestión aún está lejos de contar con un proyecto cultural
sólido, solvente y viable. El teleférico parece responder más a las necesidades del
complejo Cidade da Cultura que a la del centro histórico. De hecho, la conexión
pretende dotar, aun sin conocer completamente sus contenidos futuros, de
centralidad a esta zona urbana.
Más allá del impacto paisajístico del teleférico hay un problema de fondo que es la
difícil absorción en la dinámica urbana de una pieza de la escala y potencia de la
Cidade da Cultura, introducida de forma arbitraria por una decisión política poco
acertada y que ha planteado, y planteará, conflictos urbanos de todo tipo desde el
momento en que se acepta esta iniciativa. Si el problema fuese sólo el de la
accesibilidad al centro histórico, que no es poco problema, el ámbito natural de su
reflexión y solución sería el de un plan general de movilidad en el área urbana de
Santiago. El verdadero problema, sin embargo, es justificar la existencia y dar vida
a un objeto extraño en la estructura urbana de Santiago de la escala de la Cidade
da Cultura, y esto no lo arregla sólo un plan de general de movilidad intermunicipal
(con todo lo que tiene de difícil una propuesta como ésta en una aglomeración
urbana como la de la capital de Galicia) y mucho menos la construcción de un
teleférico.
Santiago ha sido objeto de intervenciones urbanísticas y arquitectónicas de
notable interés y que han conformado una ciudad rica también en las aportaciones
a su patrimonio cultural en los últimos decenios del siglo XX e inicios del XXI. Sin
embargo, existe el riesgo de que un exceso de estos edificios de firma unido a
infraestructuras de transporte asumidas en el ideario colectivo a parques de
atracciones, terminen convirtiendo a la ciudad en un parque temático dedicado a sí
misma.
La construcción de la Cidade da Cultura creará sin duda un importante flujo de
turistas, trabajadores y asistentes a eventos culturales, pero la solución al
problema de movilidad que genere este espacio no puede ser relegada a un
proyecto de teleférico, proyecto además el presentado más preocupado en las
cuestiones ambientales y paisajísticas (o al menos eso pretende) que en regular
un flujo del que se desconoce cuánto, cuándo, cómo y a dónde. En opinión de los
informantes, es difícil, y arriesgado, argumentar la necesidad de una
infraestructura de tanto impacto basada sólo en conjeturas y sin saber cómo va a
funcionar realmente la Cidade da Cultura. Si, al contrario, lo que se persigue es
conectar mejor el centro histórico de Santiago con el resto de la aglomeración
urbana, incluida la Cidade da Cultura, las premisas deben ser obligatoriamente
otras y las soluciones también.
La construcción de la Cidade da Cultura nace de un proyecto en el que se replica
la propia estructura del centro histórico de Santiago. No obstante, el proyecto ha
sido desde el principio más fiel a las formas que a las funciones y siempre exento
de un proyecto común entre ambas (la comunión entre forma y función es el punto
de encuentro que da carta de naturaleza a cualquier proyecto arquitectónico).
Además, llama la atención el manifestado interés por el paisaje en el recorrido del
teleférico cuando el propio proyecto de la Cidade da Cultura fue completamente
ajeno a las claves paisajísticas del lugar y entorno en el que se construyó, salvo
en aquello que reforzaba el propio proyecto (que reconstruye una nueva cumbre
para el monte Gaiás y que cambia notablemente la relación paisajística entre la
ciudad y el Pico Sacro, de pronunciada connotación jacobea y situado más al
este). El paisaje es algo secundario y se subordina en todo caso al proyecto de un
arquitecto de renombre, Peter Eisenman. El propio centro histórico se convierte en
un telón de fondo paisajístico de la Cidade da Cultura. En otras palabras, la nueva
pieza urbanística se inserta en el territorio sin contemplaciones (ambientales,
culturales, urbanísticas…), pero, en cambio, se sirve de la imagen de Santiago y
de las Bañas de Sar como escenarios cargados de simbolismo y capaces de
contagiarlo al propio proyecto. Es la cultura al servicio de la arquitectura y no al
revés como debiera haber sido en una ciudad del rango cultural de Santiago de
Compostela. Por lo tanto, las consideraciones sobre el teleférico vienen viciadas
desde el inicio, ya que el elemento que genera conflictos en la ciudad (y no
exclusivamente paisajísticos) es la Cidade da Cultura. El teleférico es una solución
parcial y dudosa aparte de sus problemas de accesibilidad y que provoca además
un fuerte impacto paisajístico como se conocerá en el siguiente punto.
D. Impacto paisajístico de la obra:
El impacto paisajístico del teleférico, como se puede colegir ya de algunos de los
epígrafes anteriores, es alto e inadmisible para una ciudad como Santiago. No
obstante, cabe diferenciar entre el impacto en la zona de las Brañas de Sar y el
que se produce en Belvís. Respecto a las riberas o Brañas de Sar, es preciso
recordar cómo este espacio urbano, actualmente muy cercano al centro de la
ciudad y a otras piezas clave como la estación de ferrocarril, ha llegado a inicios
del siglo XXI con un carácter marcadamente rural. Las Brañas de Sar tienen un
significado especial para la ciudad, tanto por la ruralidad antedicha (red de
caminos, bosque y paisaje de ribera, caserío rural, huertas, etcétera), como por su
reiterada cita en la obra de numerosos escritores y artistas compostelanos o que
han pasado alguna temporada en la ciudad. Este carácter que han sabido
preservar documentos urbanísticos anteriores está a punto de alcanzar un
tratamiento, cuyo proceso ya se ha iniciado mediante la puesta en marcha de
expropiaciones, para preservar su naturaleza y mantener los elementos que han
sostenido su personalidad. Siempre hay un riesgo de que se produzca una pérdida
de autenticidad mediante procesos de expropiación como los iniciados. Al fin y al
cabo, la mejor manera de mantener el carácter rural es permitir y asegurar los
dominios y usos tradicionales, al menos en tanto que haya quien esté dispuesto a
conservar estos últimos. La elaboración de trabajos auspiciados por el Consorcio
de inventario y reconocimiento de recursos culturales de carácter antropológico
(huertas, edificios de carácter agrario, elementos relacionados con la cultura del
agua…) demuestra un interés por poseer el conocimiento adecuado para intervenir
en un ámbito tan básico para la comprensión de la personalidad rural/urbana de
Santiago. Por todo ello, parece un tanto contradictorio mantener un interés
especial en esta dimensión un tanto arcadiana de una parte de la ciudad y, al
mismo tiempo, hacer que dos tendidos de teleférico (el que conecta la estación
con la Cidade da Cultura y el que enlaza esta última con el centro histórico)
sobrevuelen el espacio, anulando o al menos mermando la autenticidad y el
carácter de las Brañas de Sar.
Sin embargo, hay otro espacio en el que el impacto será aún mayor: el convento,
parque e inmediaciones de Belvís. Este espacio urbano, de gran armonía
paisajística combina perfectamente la naturaleza urbana y rural de la ciudad.
Hasta hace pocos años se trataba de un pequeño valle de huertas que a modo de
lengua avanzaba desde el Sar hasta la misma Porta do Camiño, por la que entra
el Camino Francés en Santiago. El parque finalizado recientemente ha sabido
mantener esta naturaleza (de hecho todavía existen huertas en uso en sus
inmediaciones); por otro lado, la presencia en lo alto de una de las laderas del
valle del convento de Belvís favorece la lectura cultural del paisaje y compone uno
de los escenarios más bellos de la capital gallega. Es precisamente en este tramo
en el que el trayecto del teleférico se revela más impactante y de imposible
aceptación. No es sólo que se trate de un elemento disuasorio para utilizar parte
del parque, sino que uno de los paisajes urbanos de mayor calidad de Santiago se
vería irremediablemente alterado por un elemento totalmente ajeno a los
elementos protagonistas, antiguos y nuevos, de este escenario urbano.
E. La propuesta a la luz de algunos textos internacionales básicos para la
protección del patrimonio
1. En relación con la Carta de Venecia.
El art. 6º de esta carta señala que “la conservación de un monumento implica la de
un marco a su escala. Cuando el marco tradicional subsiste (y esto puede ser
aplicado tanto al centro histórico de la ciudad, como a las Riberas de Sar y otras
referencias orográficas –como el Pico Sacro y parte del monte Goiás-), éste será
conservado, y toda construcción nueva, toda destrucción y cualquier arreglo que
pudiera alterar las relaciones entre los volúmenes y los colores, será desechada”.

El trazado del teleférico, tanto por las cabinas, como por los elementos portantes,
tendrá un impacto visual muy pronunciado en el marco tradicional compostelano.
A su vez, el art. 14 relativo a los conjuntos históricos, recoge que éstos “…deben
ser objeto de atenciones especiales a fin de salvaguardar su integridad y de
asegurar su saneamiento, su tratamiento y su realce”. Este informe entiende que
alterar el perfil y paisaje urbano del centro histórico de Santiago y las Riberas de
Sar afecta a su integridad, a su autenticidad y, además a su realce.
2. En relación con la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial
Cultural y Natural (1972) y las Directrices Prácticas para la aplicación de la
Convención del Patrimonio Mundial (última edición de enero 2008).
El art. 11.4 de la Convención exhorta a extremar las precauciones “por peligros
graves y precisos como la amenaza de [...] proyectos de grandes obras públicas o
privadas, rápido desarrollo urbano…”. Aunque esta obra pública ofrezca el carácter
de reversibilidad, no por ello deja de presentar una amenaza para el patrimonio
compostelano, banaliza su imagen y altera algunos de sus perfiles tradicionales y
básicos para entender la relación entre la ciudad y su entorno.
Según el art. 5 de la Convención, los Estados Parte se comprometen a “integrar la
protección de ese patrimonio en los programas de planificación general”. La
iniciativa del teleférico no procede de ningún programa de planificación general, ni
siquiera de un plan global para la movilidad en Santiago de Compostela. En este
sentido es una iniciativa aislada y sin certeza de viabilidad.
La autenticidad de la imagen del centro histórico y aledaños se vería alterada al
incurrir en lo señalado en el párrafo 82 de las Directrices, en el que se explicita
que tal autenticidad se basa, entre otros aspectos, en “la localización y el entorno”
de los bienes. Este párrafo se complementa con el siguiente, el 83, en el que se
señala que “atributos como espíritu y sensibilidad no se prestan con facilidad a
una aplicación práctica de las condiciones de autenticidad, pero constituyen
importantes indicadores del carácter y el espíritu del lugar”. El teleférico, por
mucho que se quiera insistir en su carácter reversible, no encaja adecuadamente
con el espíritu de la ciudad, ni expresa una sensibilidad a sus claves paisajísticas.
Por su parte, el párrafo 88 de las Directrices recuerda que la integridad se basa en
“el carácter unitario e intacto del patrimonio natural y/o cultural y de sus atributos.
Por ello, para examinar las condiciones de integridad es preciso evaluar en qué
medida el bien: [...] c) Acusa los efectos adversos del desarrollo y/o las
negligencias”. Aunque este informe es sensible a las necesidades de adecuación
de las infraestructuras de transporte a las necesidades de la ciudad, también cree
que el teleférico sería un efecto adverso del desarrollo de la ciudad tal y como se
cita el párrafo anterior.
El párrafo 96 de las Directrices señala que la “protección y la gestión de los bienes
declarados Patrimonio Mundial debe garantizar que el Valor Universal Excepcional
y las condiciones de integridad y/o autenticidad en el momento de la inscripción en
la lista se mantengan o mejoren en el futuro”. No se puede afirmar que el paisaje y
contexto de Santiago de Compostela mejoren con el tendido del teleférico. Los
perfiles de una ciudad histórica dominada por referentes construidos, sobre todo,
durante la edad media y moderna son incompatibles con infraestructuras de
comunicación del tipo teleférico, tanto en sus tramos sobre las Riberas de Sar,
como el que atraviesa el sector de Belvís.
3. En relación con la Carta Internacional para la Conservación de Ciudades
Históricas y Áreas Urbanas Históricas (Carta de Toledo-Washington, 1987).
El preámbulo de esta carta señala que su contenido afecta a todo tipo de
localidades “y, más concretamente, los cascos, centros, barrios, barriadas,
arrabales, u otras zonas que posean dicho carácter [histórico], con su entorno
natural o hecho por el hombre”. Por lo tanto, puede entenderse que es de
aplicación directa también sobre el espacio del recorrido del teleférico.
Su art. 2 expresa que “Los valores a conservar son el carácter histórico de la
población o del área urbana y todos aquellos elementos materiales y espirituales
que determinan su imagen, especialmente: [...] d) Las relaciones entre población o
área urbana y su entorno, bien sea natural o creado por el hombre. [....] Cualquier
amenaza a estos valores comprometería la autenticidad de la población o área
urbana histórica”. La construcción del teleférico afecta de lleno a la relación entre
Santiago y uno de sus entornos más significativos desde el punto de vista cultural.
El art. 4., por su parte, expresa que “Las intervenciones en las poblaciones y áreas
urbanas históricas deben realizarse con prudencia, método y rigor, evitando todo
dogmatismo y teniendo siempre en cuenta los problemas específicos de cada
caso particular”. Aunque los problemas específicos de este caso (la conexión entre
la Cidade da Cultura y el centro histórico) han sido suficientemente argumentados,
la solución al respecto, el teleférico, no deja de ser parcial, impactante e incierta.
La prudencia a la que hace mención este artículo obligaría a buscar nuevas
soluciones para los problemas descritos y que, sobre todo, son de la Cidade da
Cultura, y no tanto del centro histórico.
F. Recomendaciones
En relación con la construcción del teleférico:
1. Se desaconseja la instalación del teleférico proyectado entre la estación de
ferrocarril, la Cidade da Cultura y el centro histórico de Santiago por cuanto
que interfiere en el paisaje edificado de la ciudad, en el paisaje rural
conservado con bastante autenticidad en las Brañas de Sar y en la propia
relación entre los montes Gaiás y Pico Sacro y la parte oriental de Santiago de
Compostela. Se argumenta por parte de las instituciones de las que es
iniciativa esta obra que se trata de una infraestructura de carácter reversible y
que, en consecuencia, no supone un daño, caso de que llegase a serlo,
irreparable para la ciudad. De cualquier manera, este hecho, que sin duda
aminora la posible repercusión negativa del teleférico, no es argumento
suficiente para aceptarlo, tanto porque se trata de una obra en la que se
comprometen de forma directa o indirecta fondos públicos, como porque, sobre
todo, ejercerá un impacto visual muy fuerte en la ciudad. Por otro lado, la
comparación de este teleférico con los de ciudades como Medellín (Colombia)
o Salta (Argentina) no deja de ser una comparación poco afortunada y muy
alejada de la realidad urbana de Santiago; más bien habría que fijarse en la
forma en que ciudades como Sevilla desmontaron esta infraestructura urbana
tras la celebración de la Exposición Universal de 1992. La reversibilidad no lo
justifica todo: obviamente los procesos gripales son enfermedades pasajeras,
pero eso no significa que a nadie le guste padecerlas y que no se sufra cuando
se está afectado por ellas. La gestión del patrimonio exige prudencia y en este
caso de forma especial al tratarse de una ciudad con perfiles claramente
definidos, reconocibles y, como todo perfil urbano, muy sensibles a la
incorporación de elementos de significado y presencia muy diferentes a sus
claves paisajísticas tradicionales.
2. Las instituciones que realizan la iniciativa manifiestan que están operando sin
prisa y con toda la calma que requiere un asunto de este tipo y que en ningún
modo está cerrado el proceso. No obstante, los materiales que se mostraron a
los dos miembros de ICOMOS que realizaron la misión informativa se
encontraban ya traducidos al inglés, lo que no parece apoyar la idea de que
están en fase preliminar, sino más bien en trámite de ser remitidos a UNESCO;
a no ser que, aspecto éste no considerado por los informantes, el idioma de
trabajo en relación con el teleférico sea el inglés. Se recomienda en
consecuencia retomar la tranquilidad y el ritmo adecuado y pausado en la toma
de decisiones sobre un proyecto de tanto calado en el paisaje de la ciudad.
3. Sin duda, un informe técnico específico sobre el impacto paisajístico del
teleférico realizado por profesionales independientes, con perfiles de formación
variados y expertos en ámbitos de fuerte connotación patrimonial, ayudaría a
tener más elementos de juicio; sin embargo, en opinión de los responsables de
este informe hay cuestiones obvias que es redundante explicar y la repercusión
negativa de un teleférico adentrándose en el corazón histórico de Santiago de
Compostela es una de ellas.
En relación con la accesibilidad urbana:
4. Es necesario, aunque este Comité es consciente de la dificultad de este reto,
un plan de movilidad general en el ámbito urbano supramunicipal de Santiago
de Compostela. Ésta no es una cuestión sólo de carácter patrimonial, ya que
incumbe a la funcionalidad general de la ciudad, pero que sí tiene incidencia en
su dimensión cultural, sobre todo habida cuenta de que la atracción de esta
población está muy por encima de la que soportan otras localidades con un
número de habitantes similar. Es en este plan general de movilidad en el que
deben acometerse todos y cada uno de los problemas de accesibilidad que
tienen las diferentes zonas y piezas urbanas, mereciendo una especial
observancia el centro histórico, la estación e intercambiador de
comunicaciones y la Cidade da Cultura.
5. La recomendación anterior cobra mayor relevancia teniendo en cuenta que es
difícil predecir el flujo que se establecerá entre la Cidade da Cultura y el propio
centro histórico. De momento se sabe que la primera tardará al menos cinco
años en alcanzar su capacidad de carga plena, y esto aun sin conocer
realmente el proyecto cultural general que se realizará en ella. Parece pues
precipitado en esta situación realizar una infraestructura costosa como el
teleférico que más que atravesar un recorrido físico de la ciudad, atraviesa un
espacio lleno de incertidumbres sobre su futuro cultural.
En relación con los aspectos sociales y el modelo de ciudad:
6. Se aconseja a los responsables del Ayuntamiento y del Consorcio de Santiago
que sean más sensibles al parecer ciudadano respecto a la iniciativa del
teleférico. Los responsables del informe no han encontrado apenas opiniones
favorables fuera de las instituciones impulsoras del proyecto y de algunos
artículos de opinión en la prensa regional, pero instamos a las instituciones
responsables a que aporten a ICOMOS y a la propia ciudad más opiniones,
tanto de asociaciones ciudadanas que representen al tejido social
compostelano, como de personas cualificadas de la ciudad (profesores
universitarios, arquitectos, expertos en patrimonio, en paisaje, etcétera).
7. Se recomienda la defensa de un modelo de ciudad propio y fuera de las
veleidades de políticos más interesados en dejar su huella en la ciudad que en
proteger sus verdaderos valores culturales. El modelo de ciudad, tan claro en
la trayectoria de Santiago durante muchos años, se encuentra en un momento
de indefinición. Estas voluntades políticas extrañas a la propia dinámica urbana
(como es sin duda la construcción de la Cidade da Cultura) y otras cuestiones
indican un cambio del modelo urbano que situó a Santiago entre las ciudades
españolas con una mayor calidad de vida. Desde aspectos de gran impacto
general, como la construcción de las cuatro torres residenciales en As
Cancelas, a cuestiones más específicas, pero no menos preocupantes
(sustitución de la teja tradicional en muchas rehabilitaciones del centro histórico
por otras de carácter industrial e imagen banal), denotan que se pierde el
interés por el orden global y por los detalles. La propuesta del teleférico se
encuentra sin duda en esta línea. Si Santiago renuncia a sus perfiles, a su
potencia simbólica, espiritual y académica, a ese carácter rural que se filtra
hasta su corazón y, por el contrario, se especializa cada vez más en ser un
mercado turístico y centro administrativo regional, entreverado de
monumentos, edificios de arquitectos de firma y teleféricos, no se auguran
buenos tiempos para su autenticidad.
Otras recomendaciones:
8. Se recomienda la prudencia en los procesos de intervención en las Brañas de
Sar. En la medida de lo posible, si se pretende proteger su carácter rural, ha de
permitirse que los propietarios o arrendatarios tradicionales puedan seguir
manteniendo el uso de huertas u otras actividades agropecuarias compatibles
con el carácter periurbano del sector. Las expropiaciones indiscriminadas
pueden convertir el sector en un parque urbano de gran belleza sin duda, pero
alejado del carácter que ha mantenido durante siglos.
9. Aunque no sea objeto directo del informe, la estación de ferrocarril y los
cambios que producirá el futuro intercambiador de comunicaciones obligan a
realizar una llamada sobre la conveniencia de conservar aquellos aspectos
básicos de la estación y evitar la pérdida de carácter que han experimentado
muchas estaciones españolas renovadas durante los últimos años. Salamanca
o Málaga han renunciado a sus antiguas estaciones para construir edificios que
por forma y uso están mucho más cercanos a grandes centros comerciales que
a equipamientos de transporte.
Madrid, 23 de Septiembre de 2008.
Vº Bº
La Presidenta del Comité Español de ICOMOS
Fdo.: María Rosa Suárez-Inclán Ducassi